Ya lo habían advertido las autoridades sanitarias: la provincia atraviesa las semanas más duras en su lucha contra el coronavirus. El desafío es que Tucumán pueda surfear del mejor modo y con el menor número de decesos posible esa ola que, al menos por ahora, no para de crecer. El Ministerio de Salud reportó ayer 1.338 nuevos contagios de covid-19 en las últimas 24 horas, la cifra más alta desde que comenzó la pandemia, y 25 decesos más (se informa por separado).
Los embates del SARS-CoV-2 tensan cada día más los sistemas públicos y privados de la provincia, y reduce la disponibilidad de unidades críticas. Y si bien se trabaja para reconvertir y equipar nuevos sectores para hacerlos de alta complejidad, para ganar capacidad de respuestas, el interrogante es hasta qué punto alcanzará el personal capacitado. No sólo porque viene con una exigencia excepcional desde hace meses, sino porque también se contagian con el virus y hay puestos de alta complejidad que no cualquiera puede cubrir.
Lo más importante
“Podés llenar de camas con respiradores, ¿pero quién las va a atender?”, planteó el secretario de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Tucuman (Acyst), Fernando Nougués, en diálogo con LA GACETA. Y sin vacilaciones aseguró: “hoy es el recurso más importante”.
La Acyst reportaba hasta anoche que de las 111 camas críticas habilitadas para pacientes con covid-19 en 14 entidades, sólo había disponible seis. Y que de 58 unidades con asistencia respiratoria mecánica, únicamente cuatro estaban sin pacientes.
Nougués, gerente del Sanatorio del Norte, remarcó que hace días que el nivel de ocupación de camas críticas para covid está por encima del 90%. Y, a su vez, señaló que de las unidades que alojan pacientes con otras enfermedades o dolencias también cuentan con un nivel alto de ocupación. En ese sentido, explicó lo que se hizo en el sanatorio que encabeza. “Se cerraron patologías no covid, porque te quedás sin personal. Hay que sostener la terapia, (el área) de covid y las urgencias. Entonces cerramos áreas por falta de enfermeras, y estamos haciendo cirugías no postergables. Todo el personal que nos ha ido quedado lo hemos ido destinando a urgencias y a covid; es un esfuerzo titánico”, reveló.
El directivo de la Acyst afirmó también que hay sanatorios que cuentan con camas de terapia intensiva completa, pero que no con el personal calificado. De ese modo, marcó que si un terapista se enferma o es contacto estrecho de un positivo debe aislarse dos semanas, pero que no puede ser reemplazado por profesionales con otras especializaciones. Por ese motivo es que exhortó a la población a ser más solidarios y salir pero sólo para lo necesario.
Por último, Nougués adelantó que el Ministerio de Salud que lidera Rossana Chahla aportará al sector privado 10 respiradores para incrementar su capacidad de respuesta. A su vez, aseguró que se están haciendo las gestiones ante la Nación para sumar 30 ventiladores mecánicos.
Tensión sanitaria
La cartera sanitaria pública, en tanto, aseguró que se incrementaron las unidades críticas y que se transformaron otros sectores para continuar dando respuestas a la sociedad. Sostuvo que las camas de terapia, que eran 448 hasta la semana pasada, ahora son casi 500.
Las estadísticas en todo el mundo marcan que de cada 100 pacientes, cinco ven comprometida su salud por el virus y dos o tres, necesitan de asistencia respiratoria mecánica.
El cirujano Carim Asus denunció ayer que es angustiante lo que se vive en el Centro de Salud. Pidió que se restrinjan actividades y la circulación de personas ante el incesante crecimiento de las cifras de infectados. “Sin ninguna duda estamos en el momento de fase uno, por el número de casos. Estamos con el sector crítico totalmente colmado. No hay cama de terapia en el sector crítico”, dijo a LG PLAY el cirujano, quien mantiene una postura opositora a las autoridades de Salud.
El profesional aseguró que el confinamiento sigue siendo lo más efectivo para frenar la escalada del virus. A su vez, criticó a quienes no cumplen con las recomendaciones sanitarias y también que no se hayan desarrollado políticas para reducir los accidentes de tránsito.